viernes, 22 de mayo de 2015

FILOSOFÍA MODERNA




La filosofía moderna abarca los comienzos del Renacimiento y la reforma protestante hasta los últimos años del siglo XX. Después de quince siglos de filosofar acerca de cuestiones teológicas, surge un espíritu de reacción de protesta en contra de la postura tradicional que había adoptado la filosofía. Se considera a Rene Descartes como padre de esta filosofía, pues su genio lo condujo a la creación de una nueva ciencia matemáticas, la geometría analítica  y llegó a la conclusión de que para evitar el error no basta la inteligencia, sino que hay que aplicarla adecuadamente, es decir requiere de un método.
Debemos advertir que se llama filosofía moderna no a lo que comienza con la historia moderna (que tiene su punto de partida en la toma de Constantinopla por los turcos), sino que se considera filosofía moderna a lo que comienza con Descartes. Lo característico de la filosofía moderna (desde Descartes hasta Husserl) es que cambiaron el punto de partida de la filosofía y en vez de ser el punto de partida la consideración del mundo comenzaron por la consideración del conocimiento del mundo, que no es lo mismo.
 La Filosofía Moderna corresponde a ese período que llamamos Edad Moderna en la Historia Universal y que comienza en el Renacimiento y la Reforma Protestante.
Es verdaderamente una época nueva con un espíritu nuevo, tan distinto del espíritu escolástico, que se le puede considerar como una revolución antiescolástica.
En efecto, la Filosofía Medieval había conjugado en gran síntesis el pensamiento pagano platónico - aristotélico con el pensamiento cristiano, armonizando la razón y la fe, nuevas corrientes filosóficas proclamarían la absoluta independencia de la razón o aún la pondrían en rebelión abierta contra lo sobrenatural.

La nueva filosofía exaltaba el método matemático científico en detrimento del espíritu metafísico que había dominado, no sólo a la Edad Media, sino también entre los pensadores paganos. Naturalmente estas nuevas doctrinas o corrientes de pensamiento correspondían a nuevas situaciones políticas, culturales, sociales y religiosas; el Renacimiento, la seudorreforma protestante, el humanismo, el nacimiento de los estados modernos, el auge de las ciencias.

De ahí que también encontramos en la época moderna una tremenda dispersión doctrinal que contrasta con la notable unidad del pensamiento cristiano de la Edad Media; así como las naciones se diferencian, como los pueblos se separan unos de otros, también se producen profundas escisiones en el espíritu occidental y en su concepción unitaria del mundo, como consecuencia o secuela del enfrentamiento entre la razón teorética y la razón práctica, entre la ciencia y la fe, entre lo físico y lo metafísico, entre la política y la moral, entre lo subjetivo y lo objetivo, populan en tal abundancia los problemas, los métodos, las soluciones que el espíritu vuelve a caer en el escepticismo y llega hasta proclamar la superioridad del inconsciente sobre la conciencia.

Lo cual no significa que estemos descalificando la Filosofía Moderna, al contrario, hay que reconocer que en los tiempos modernos, el espíritu humano se ha mostrado tremendamente inquieto y dinámico, que se han profundizado muchos temas como el conocimiento, que se ha agudizado el espíritu crítico, que se han hecho esfuerzos colosales por dar respuestas adecuadas a antiguos y nuevos interrogantes.

Sin embargo, el subrayas las nuevas tendencias y los nuevos métodos de la Filosofía Moderna, el registrar una problemática diferente, no debe hacernos pensar que los cambios se hicieron de repente y que se puede poner una muralla divisoria entre el pensamiento medieval y el moderno. Los cambios culturales no suelen sobrevenir tan bruscamente: los estratos de la cultura y del pensar humanos suelen encajar unos con otros y mezclarse entre sí, de ordinario hay que buscar las raíces de los cambio en capas más profundas de lo que parece a primera vista.

Concretamente en el campo de la filosofía podemos afirmar que mucho de la edad moderna se encuentra en la Edad Media, particularmente en la Baja Escolástica, en lo nominalistas, en Nicolás de Cusa y aún en Abelardo. De la misma manera, muchos temas básicos de la filosofía medieval reviven en la época moderna. Deberíamos empezar este tratado de Filosofía Moderna con un estudio siquiera somero de la filosofía del Renacimiento: sabemos que este período se caracterizó en todas sus manifestaciones culturales por su afán de regresar a lo antiguo, pero se vuelve a lo antiguo descristianizándolo, haciendo lo contrario de lo que el Edad Media y la Escolástica habían realizado.

Pero aunque el Renacimiento produjo notables humanistas, pintores, escultores, arquitectos geniales, hombres que fundaron la física moderna, en filosofía escasean los verdaderos valores; es más bien un período de transición, un pórtico a través del cual penetramos en el pensamiento moderno.
Algunos hombres como Maquiavelo, Giordano Bruño, Francisco Bacon merecerían nuestro interés, pero la falta de tiempo nos obliga a limitarnos a los grandes valores de la filosofía moderna.
Es a René Descartes a quien se le considera como el padre de ésta. Es el primero de esos atrevidos pensadores del siglo XVII y XVIII.

Descartes, Leibniz, Spinoza, Locke, Hume que introducen nuevos y revolucionarios estilos en la arquitectura del pensamiento, organizándolo según planos y diseños ambiciosos y desconcertantes.
Si bien es cierto que Descartes se apoya todavía en la Escolástica, sin embargo, por haber introducido en la filosofía la Duda Metódica, por su interpretación mecanicista de la naturaleza y por su idealismo metafísico, se constituyó en la fuente de todos los subsiguientes sistemas. Él exigió para el pensar filosófico una absoluta autonomía de modo que vinieron a desarticularse la razón y la fe; por todo ello Descartes se llama PADRE DE LA FILOSOFÍA MODERNA.

En las nuevas construcciones filosóficas podemos distinguir dos estilos principales, ambos derivados del Cartesianismo, a saber: El Racionalismo que evoluciona en idealismo y el Empirismo con su consectario el Positivismo.


EL RACIONALISMO

Concuerda todavía con la Escolástica en su afán de sistematizar; también la problemática es sustancialmente idéntica, pero se agudiza la oposición entre la esfera de los subjetivo y lo objetivo, entre la Res cogitans y la Res extensa. Concertar las dos será el gran problema del Idealismo Alemán.  

El Racionalismo organiza la Teoría del conocimiento en sistemas que parten de principios a priori sin tener en cuenta la realidad concreta, todo es mirado desde el punto de vista de su racionalidad con descuido del fáctico. Es en este aspecto del apriorismo del conocimiento en el que más profundiza el racionalismo. Y a pesar de sus yerros y exageraciones realiza un aporte considerable a la filosofía.

EL EMPIRISMO

Es la corriente totalmente opuesta al racionalismo y representa la ruptura total con la tradición metafísica platónica - aristotélica de la Escolástica. Ahí está la verdadera revolución del pensamiento moderno; el empirismo no puede hacer metafísica pues para él no cuentan las verdades inmutables y eternas; mientras que para el racionalismo la experiencia sensible no es sino la materia del conocimiento (científico), esto es su punto de partida y dicho conocimiento se perfecciona únicamente en la esfera de la inteligencia; para los empiristas la experiencia lo es todo, y como ha de estar siempre abierta a nuevas observaciones no pueden existir verdades inmutables y eternas.

Kant intenta una síntesis entre el racionalismo y empirismo, pero al pretender salvar la metafísica cae en un agnosticismo destructor de todo valor metafísico. Sus discípulos hunden sistemas atrevidos y complicados tratando de salvar los valores de verdad, moralidad y religión comprometidos por el escepticismo empirista y el agnosticismo Kantiano.

RENE DESCARTES 



Nacimiento: 31 de Marzo de 1596  La Haye Touraine Francia
Fallecimmiento: 11 de Febrero de 1650 de 53 años en Estocolmo Suecia
Causa de muerte: Neumonia
ocupacion: filosofo, matematico y  fisico.
Religion: catolica

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